La mayor polémica del Superclásico: Borja analiza denunciar a Marchesín por acusarlo de pegarle a sus hijos

Borja analiza denunciar a Marchesín. Foto: Reuters/Agustín Marcarian

El delantero colombiano de River Plate, Miguel Borja, podría denunciar al arquero de Boca Juniors, Agustín Marchesín, debido a que, en el medio del Superclásico que el Millonario ganó 2-1 este domingo, el jugador del Xeneize lo acusó de pegarle a sus hijos.

El cruce entre ambos futbolistas se dio luego del gol de Sebastián Driussi. El exjugador de Lanús lo acusó al cafetero de “golpeador de nenes” y de que le pegó a sus propios hijos.

Miguel Borja. Foto: NA

Los dichos se refirieron a una causa abierta en octubre de 2024 por el Instituto Grilli de Canning, donde asisten los dos hijos de Borja. Allí, el menor de los dos habría relatado a las maestras una situación de presunto maltrato sufrido en su casa.

El colegio decidió acudir a la Fiscalía que, en conjunto, citaron a la familia del delantero para ser entrevistados por una psicóloga que no pudo constatar el relato de los menores. Días más tarde, el Poder Judicial resolvió desestimar y archivar la causa por falta de pruebas.

El entredicho entre Agustín Marchesín y Miguel Borja. Video: X @TNTSportsAR

Con esa situación como antecedente, ahora el entorno del futbolista, junto con sus abogados, está pensando la posibilidad de llevar el conflicto con Marchesín a la Justicia, aunque lo terminarán de definir en los próximos días.

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Las polémicas del Superclásico

El episodio entre Agustín Marchesín y Miguel Borja no fue el único. Todo arrancó con la risa cómplice que esbozó Marcos Rojo en la conferencia de prensa previa al choque en el Monumental, cuando su rival destacaba el apoyo de las 85.000 que se iban a hacer sentir en el estadio.

En los instantes previos al inicio del duelo en Núñez, el que intentó ponerle pimienta al espectáculo fue Carlos Palacios. En el momento en que los hombres de Fernando Gago finalizaron los trabajos precompetitivos, el chileno se retiró hacia los vestuarios haciendo el gesto de “la frialdad” que le generaba estar en la casa de River Plate.