Piedritas para gatos: esta es la mejor forma de utilizar y el tiempo que tardan en adaptarse

Arenero para gatos. Foto: Freepik.

Las piedritas o arenero para los gatos es muy importante, ya que es el lugar donde realizan sus necesidades y además para mantener la higiene de la casa. Sin embargo, muchos dueños de los felinos tienen dudas a la hora de aprender a usarlo de forma correcta.

Según los veterinarios, hay momentos en el crecimiento del gato donde aprenden a utilizarlo y logran incorporarlo a su día a día. Sin embargo, es cierto que los felinos criados por su madre aprenden a utilizar las piedritas más rápido y sin problemas, mientras que los que solo viven con humanos pueden tardar más tiempo en adaptarse.

El mejor lugar para colocar un arenero para gatos. Foto: Freepik.

El felino tarda aproximadamente 3 o 4 meses en utilizar el arenero y consolidar el hábito sin tener errores frecuentes. Los expertos aconsejan que es importante acompañarlo durante el primer tiempo y verificar que esté limpio, en un lugar cómodo, seguro y con arena con textura agradable.

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Cuál es la mejor ubicación para un arenero para gatos

Los veterinarios recomiendan ubicar las piedritas en un lugar lejos del ruido y de las distracciones. Si bien el patio o el balcón de un hogar puede ser el ideal, son partes donde hay mucho tránsito y el gato podría sentirse incómodo. Los felinos son territoriales y necesitan un espacio donde puedan hacer sus necesidades sin que nadie los moleste ni interrumpa.

En ese sentido, una zona tranquila de la casa, como una habitación que se utiliza poco o un rincón apartado, es una opción ideal para ellos.

Cómo utilizar correctamente el arenero para gatos. Foto: Freepik.

Un lugar perfecto que sugieren es el baño, sobre todo si tiene ventilación y es espacioso. Aunque puede parecer un lugar inusual, es ideal porque la zona es privada y poco frecuentada, como no lo es una cocina o un comedor.

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Por qué un gato puede llegar a dejar de usar el arenero

Si un gato deja de utilizarlas no se lo debe castigar, ya que podría ser un problema de salud, como infección urinaria, o de una conducta adquirida desarrollada por diversos factores. En ese momento es importante consultar a un veterinario.