Con más de 1.200 kilómetros de costa, castillos medievales, playas fluviales y cielos privilegiados para la observación astronómica, el lago de Alqueva se consolida como uno de los destinos más singulares del suroeste europeo.
Por Canal26
Martes 15 de Abril de 2025 - 20:42
Lago de Alqueva. Foto: Pixabay.
Entre los paisajes portugueses y españoles, se extiende uno de los proyectos hidráulicos más ambiciosos de Europa: el embalse de Alqueva. Inaugurado en 2002, no solo transformó el curso del río Guadiana, sino que también generó el mayor lago artificial del continente, con más de 250 km² de superficie y 1.200 kilómetros de costa navegable.
El lago, que abarca cinco municipios del Alentejo, fue concebido para garantizar el abastecimiento de agua, favorecer el riego de cultivos y generar energía hidroeléctrica. Sin embargo, sus beneficios han ido mucho más allá.
En la actualidad, Alqueva es un enclave de alto valor turístico, cultural y ecológico que logró revitalizar una región históricamente despoblada. A lo largo de sus 83 kilómetros de longitud, el embalse se abre paso entre colinas y aldeas blancas que conservan una fuerte identidad rural.
Localidades como Monsaraz, Mourão, Amieira, Alqueva o Estrela ofrecen al visitante un equilibrio perfecto entre tradición y modernidad. Las calles empedradas, los castillos que dominan el paisaje, como los de Juromenha, Alandroal o Terena, y los miradores sobre el agua invitan a descubrir un patrimonio que se adapta al entorno.
El embalse ha sido también un catalizador para el turismo activo. Las aguas tranquilas permiten la navegación recreativa, el kayak, el remo o la pesca deportiva. Además, las rutas en bicicleta y senderismo que bordean el lago le han dado nueva vida a estos territorios.
Lago de Alqueva. Foto: Unsplash.
Las playas fluviales, como las de Monsaraz o Mourão, ofrecen espacios equipados para el baño, con bandera azul, chiringuitos y zonas de sombra, representando una alternativa interior al tradicional turismo de sol y playa.
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Uno de los grandes atractivos de Alqueva es su cielo. En 2011, la región fue reconocida como la primera “Reserva Starlight” del mundo por la UNESCO debido a sus excepcionales condiciones para la observación astronómica.
La baja contaminación lumínica impulsó el desarrollo del astroturismo, con instalaciones como el Observatorio del Lago de Alqueva (OLA) en Cumeada, y numerosas propuestas de alojamiento orientadas a quienes buscan contemplar las estrellas.
Astroturismo en el Observatorio del Lago de Alqueva (OLA). Foto: Turismo do Alentejo.
A esto se suma la posibilidad de alquilar casas flotantes, una experiencia cada vez más buscada por turistas europeos. Dormir sobre el agua y recorrer el embalse convirtió a Alqueva en un destino de desconexión y contacto íntimo con la naturaleza.
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